sábado, 13 de mayo de 2017

La Gran Compasion, Torei Zenji

Por tanto, la gran compasión es como el cielo, porque abarca todos los seres vivos; la gran compasión es como la tierra, porque produce todas las enseñanzas; la gran compasión hace posible ver la naturaleza de buda, primero clarificando el conocimiento verdadero por amor a los demás. La gran compasión hace posible sobrepasar barreras insoslayables, sumergiéndose en las profundas enseñanzas más y más por amor a los demás. La gran compasión hace posible penetrar lo trascendental, buscando una vida más allá para los demás. La gran compasión puede desarrollar aplicaciones poderosas, entregándose en esta senda por amor a los demás. La gran compasión puede cultivar la intrepidez, manteniéndonos vigorosamente vivos por amor a los demás. La gran compasión hace posible traspasar la regresión, porque la mente está dispuesta en su amor por los demás. La gran compasión puede producir un aprendizaje vasto, estudiándolo todo por amor a los demás. La gran compasión produce erudición, a través de la deducción de los principios de las cosas, por amor a los demás. La gran compasión trae consigo bendiciones, por resultar provechosa para los demás. La gran compasión puede fulminar las aflicciones, sacrificando el cuerpo, la vida y los bienes por los demás. La gran compasión puede extirpar la soberbia, actuando con benevolencia hacia los demás. La gran compasión permite el desapego de la fama y el lucro, basándolo todo en la verdad por los demás. La gran compasión te permite entrar en el reino de la realidad, porque no hay ningún sitio al que no vaya por amor a los demás.





Torei Zenji
La Imperecedera Lámpara del Zen

(traducción de la versión inglesa de Thomas Clearly por Pablo Mokusei)

sábado, 6 de mayo de 2017

Para no sufrir más


  

En la India se superponen siglos de historia que, al igual que en los textos homéricos, fusionan la historia con el mito en sus orígenes más fundacionales, y que incluso releva, tras capas de mitología, un pasado aún más remoto, de civilizaciones anteriores a estos testimonios. Hoy día es este un país superpoblado, asfixiado por tubos de escape, dónde la extrema pobreza convive con el poder nuclear.
En medio de tanto desespero y desamparo es fácil hoy en día caer en los desvaríos de la fe religiosa, nacionalista o consumista. Es fácil abandonarse al flujo de las pasiones y aceptar el designio fatal del egoísmo, recluirse en una resignación, la miseria, el cinismo, el orden preestablecido, en el sometimiento a las leyes y reglas parecen regir el mundo y justificar la crueldad.
Pankaj Mishra quiere ver en el Buda una persona que, aterrado por el peso de tamaña imposición, fue capaz de buscar, encontrar y cultivar una libertad interior capaz de crecer en medio de la vorágine de guerras, cambios demográficos, incertidumbres y extremismos que también se vivieron en su época.
Pero, al igual que hubiera querido el mismo Buda, no traza el perfil de este hombre desde la estática eternidad de su mito, sino que remonta desde su propia vida, a través de un viaje que camina en ambos sentidos del tiempo, y a través varios continentes. Cuenta que cuando los occidentales llegaron a la India, la figura histórica del Buda se había fosilizado en los cultos religiosos. Las universidades a las que viajeros de toda Asia acudieron en su momento buscando profundizar en sus enseñanzas, perdidas.
Mishra crece en una sociedad, si no occidentalizada, sí al menos inspirada por los ideales del progreso técnico y económico. Su búsqueda del Buda la guían los primeros exploradores europeos, atraídos por el aura de misterio que envolvía su leyenda. Más adelante se adentrará en su pensamiento a través de las reflexiones que de él hizo también Nietzsche.
Es un libro profundamente humano, en el que Mishra recupera la figura del Buda como la de un médico, como alguien que construyó su filosofía y ejemplarizó con su vida, con la sola intención de aliviar al ser humano de su sufrimiento. No profundiza en su filosofía, pero a cambio nos dibuja bellamente el contexto en el que la expuso.
Desde sus orígenes hasta su muerte, envejecemos con el Buda, pero a la vez crecemos con el autor, acompañándole desde sus humildes orígenes en las planicies índicas al Himalaya, Londres, Afganistán, San Francisco, en su reflexión llena de compasión sobre el nacionalismo, la miseria, la ignorancia y el resto de males de nuestro mundo. 

domingo, 16 de abril de 2017

365 poemas


82/365
Dejo pasar
palabras que no conozco.
Me encarno.

81/365
Si la miras de cerca
parecen crecerle engranajes
entre los engranajes.

¿Sientes de dónde viene la fuerza?
Dicen que existen múltiples poleas.
Pero solo hay un movimiento.

Llámalo simultáneamente
cáos, vida, mundo.
Tú eres el único movimiento.

80/365
Estos años de pobreza
miedo y odio nos han desnudado
a nuestra esencia.

No es nada nuevo
ver el espíritu convertido
en refugio.

Pero el refugio es para descansar
y compartir y recobrarse.
No para habitarse.

La tierra necesita
la lluvia, aunque el lugar
de las nubes sea el cielo.


79/365
I
Al cerrar los ojos
todavía me ondula la cala
verde sumergida
en la mañana,
sosteniendo
un cielo amanecer
de gaviotas tranquilas.
II
Meridiano el sol,
trabajo con sopor las teclas del ordenador
y hablamos de pintura para los muebles.
Los cajones serán amarillos.
III
Luego la tarde luenga que se arrastra
tras las persianas echadas
hasta que el viento
barre el calor con un viento azul.
IV
Ventanas abiertas,
el yoga llega blanco
y con el peso de la tierra
nos baña.
V
Atardecen en mi cuerpo
las armonías del día.
Medito, hasta sentir el púrpura
acalambrárseme en el aliento.

78/365
Los juegos
hospedan íntimamente
los instintos.
Ensayados
con el impacto límite
acordado,
discernimos
las ilusiones de victoria
o derrota
amoldadas
o que amoldan al corazón
disparidad,
identidad,
simultaneidad de intereses
luchados.


77/365
Olivia querida,
ayer recogí de la basura
la que será tu cuna.
Le vamos a pintar
cenefas griegas
y pájaros olmecas.

76/365
Cada día jugar más
Cada día todo más tonto
más inofensivamente loco.

La gente mayor
se estampa las ideas en la solapa
y se estampan los unos
contra los otros.

Los niños no saben saludarse
cuando llegan a un corro
simplemente han llegado
y no reconocen nombres
sino en tercera persona.

Porque creen que el tu
está tan falto de historia,
tan presente en el ahora,
como el yo.

Como estás
es una pregunta
que mira hacia atrás.

El futuro está simpre loco
porque no existe.

Cada día jugar más.
Cada día todo más loco.


75/365
Mis poemas se van volviendo
cada vez más malos, se diluyen
y casi no son poemas sino apenas
descripciones de cosas bellas
o mundanas o reflexiones
que me hago en voz alta.

Porque en mi vida bella y mundana
apenas sucede nada. Y si expresara
lo que siento realmente - este
deseo, que no es tan deseo
como para volverme loco
el no poder alcanzarlo,
de ver florecer todo salvajemente verde,
y de que el Buddha perfecto,
la capacidad para hacer del sentir
la vida diaria la más sublime
y profunda de las experiencias,
surgiendo el arte naturalmente
como medio de expresar
lo que todavía no existe,
sea un camino vital y viable
para la gran mayoría de nosotros,
de manera que los bosques
que tanto amo
y los océanos que tanto respeto
pervivan diez mil millones de años
más
- entonces no haría sino repetir
un tópico, un lugar común,
y poca gente sentiría lo que siento
o nadie aprendería así
como lograr lo que yo no puedo:
convencer a todo el mundo
de que no coman tanta carne,
usen menos transporte y electricidad,
gasten menos reciclen más,
sean más compasivos,
voten a partidos políticos verdes,
compartan su riqueza con el resto del mundo,
como si fuera la única batalla
que merece la pena vencer,
el único poema digno de ser escrito,
la única vida que merece más la pena
que nuestra propia vida,
sin antes
superar sus adicciones,
y sus ideas de felicidad,
y conocer las fronteras de cada sentimiento
donde el tiempo
diluye
y grada
y libera.

73/365
Cuando no tengo nada
solo tengo compasión
por mi propia tristeza
de no poder compartir.

73/365
Soy un poco más libre
al saber que no puedo
sino ser este latir ahora
y que bailarlo ya es negar
lo que no podía ser
y reír de saber que después
de cambiar volveré a ser
el mismo antes de cambiar.

72/365
El torrente de rostros
excede la memoria.
La música de los gestos
lo llena todo.

71/365
Las palabras que restituyen
los corazones no han podido
ser dichas nunca antes.

Tienen que ser primer amor,
tienen que invitar al olvido,
una ruta tan salvaje
como el dolor afligido.

Porque la quemazón interior
es informe para el que no conoce
las medidas de su pecho.

Ls pensamientos son el espejo
pero no son la luz.
Las palabras son el pecho
pero no son el pensamiento.

Un tráfico tan desquiciado
como el de los mercados bursátiles
roba de abajo hacia arriba.

Querido amigo, tu pensamiento
es granizo sobre el amor
germinado de tu diario cuidado.


70/365 INSTRUMENTOS
El árbol ya descansa
pero el mar repite sonámbulo
el nombre de la orilla.

69/365
El fuego persigue a los linces.
Pero mis lágrimas no apagan el fuego.


68/365 Aprendiz de mucho



67/365
NOCHE EN EL CORTIJO
Un motor cruza
el diálogo de los perros
en la tierra de la cigarra.

Entregado a mis oídos,
discurriendo mi pensar,
la vega me acuna.

Quisiera mañana
querer levantarme temprano
a limpiar los bancales.

Los últimos - espero -
cohetes estallan por San Juan.
Las berbenas van apagándose.

La gata se acurruca
en el sofá. Sus sentidos
atraviesan las paredes.

Mis ojos se pliegan
y recuerdo la abubilla
que ví al llegar.

Cuando entra el sueño
el tiempo se desborda
y se derrama.

No hay ningún
significado. Vacío,
todo está libre.

66/365
Cada día desaparezco.
Mi historia es anónima.
Mis rasgos se solapan al mundo.

El sufrimiento de los animales
es solo mi sentimiento,
el fuego de los bosques
el ardor de mi sienes y corazón,
la sed de las aves
la sequía de mi pensamiento,
los paquidermos
los fusilo con la boca,
los miles de peces devueltos al mar
cada minuto
es mi queja avariciosa e indiscriminada,
las selvas las talo yo
en el ánimo de quién escucha,
a los pueblos distantes
les llega el miedo del rifle
junto a la cámara que transporta sus muertes
hasta la pantalla del portatil.

Yo traigo el mundo
a existencia con mis palabras
sello la textura de la emoción.

65/365
Esta es mi voz de leer.
Palabras prestadas
que al soltar el libro
en la almohada se desgranan.

64/365
Os busco en la noche.
Pero en la noche no hay nada
salvo la noche.

63/365
Me siento moralizante - sentencioso,
Dispuesto a resumir en un par de palabras
los problemas del mundo.

Pero tan pesimista
que te las dejo elegir
porque nada tiene solución.

La vida no tiene solución.
Mañana la vida será otra cosa.
Yo seré o me sentiré otra cosa.

O no me sentiré.
Qué más da.

62/365
Mi vida inventa el olvido
para multiplicar su mundo.
Baranjando para volver a jugar
los mismos números y palos.
Ojalá leyera más mi idioma
para multiplicar los vestidos
de lenguaje con que desfila
mi pensamiento por el mundo.
Mi cuerpo es industrioso,
a la vez que hedonista
y proliferan las sensaciones.
Mi mente y mi cuerpo se miran
de igual a igual, se respetan
sin entenderse el uno al otro,
salvo en su propia lengua.


61/365
Las quejas por el calor
no dejan de conmoverme.
Esa necesidad de echar
-como aire ya caliente-
la verdad de su pulmones.

60/365
La firmeza del muro fortificado
Se fulmina de viva voz
Al levantar tu historia
En el horizonte de tu infancia.
Tus recuerdos nos atraviesan
Encarnándose en nuestro propio mirar
Atrás hacia dentro.
Y de los rincones abiertos
Del cielo pleno de azul y de estrellas
Tu navegación hasta los hielos
De tu norte hecho orilla.
El espacio cincela con aire la libertad
Y en la última fila un polluelo
Se invita temerario desde el nido
Al que luego no sabe volver.
Quizás ahora habita tu historia.

59/365
Verano.
Los sentidos empantanados.
Solo refresca el silencio.


58/365
Unas fotocopias mal hechas.
Repetirlas.
Una clase de niños sin ganas de nada.
Obligárles.
Una alumna sin idea del cambio climático.
Darle las malas noticias.
Un gatito maullando desde el motor de un coche.
Hacer todo lo posible.
Una piedra de cansancio y tristeza en el pecho.
Respirar.

57/365
Para reflejar, necesito un fondo opaco.
Pero no hay nada opaco hoy en mí.
Translúcida, la mirada se pierde interiormente.
Recuerdos, cuerpo, deseos y sensaciones
florecen, se digieren, crecen y mueren.
El trompo multicolor que gira blanco entusiasmado.



56/365
En tu corazón lates
con el ritmo de las plantas - te acuerdas
con sumo cuidado de su riego,
con las llemas de los dedos palpas las hojas escuchándolas.

En tu corazón lates
con los ritmos de la gata - sabiendo
cuando te pide comer, jugar, arena limpia.

En tu corazón lates
con el ritmo de nuestra hija,
que te responde tamborileando en tu panza.

En tu corazón lates
con cada mujer que despiertas
a su libertad fuera del hogar
y con cada niño al que enseñas a aprender.

En mi corazón lates.

En tu corazón lates
el universo entero.
El universo en tu corazón late.


55/365
Durante un rato ya, estoy abosorto
en la caricia fresca de esta brisa,
el ladrar de los perros,
el piar de los pájaros,
los vecinos siendo vecinos.

Y al ponerlo en palabras es tan tonto.
Cuando es en realidad todo.
Todo.

Y sí, tengo que agradecer
no escuchar una ametralladora cerca,
poder permitirme no trabajar este sábado,
no tener que salir a buscar comida desesperadamente.

Y aunque no pueda compartir
la experiencia del ahora,
si siento una fuerza interior alimentarse,
que os pongo al servicio de todos.


4/365
Hoy traigo el eco
de todos los berrinches
que en mí han nacido.

Ansia por sexo,
envidias,
diálogos internos de odio caníbal.

Mi mente es todo eso.
Cada día me escucho
arrastrame por el barro.

Mis uñas me recuerdan
de dónde vengo
cada día.


53/365
En el verano la imaginación es translúcida
Los sueños hierven en mis sienes
y mi boca los silba como olla a presión.
El murmullo del mundo no tiene dentro ni fuera.
Mi vida es mi delirio.


52/365
Hoy te toca a tí.
O bien...


50/365
Me maravillo de la cotidiana abstracción
que el marco del televisor apaga
en la realidad estática del hogar.

Palpitar de latón que baila
buscando en nosotros su corazón.

La noche es un sendero de neón.

49/365
El verano dilata mis átomos
haciendo correr el tráfico de electrones.
La brisa fresca arranca de mi piel caliente
ímpetus en todas direcciones.
Estallo de voz, de ideas, de carreras, de carcajadas.
Reviento como tirado por caballos,
me arrojo a cada respuesta como regalado.
Me agoto -esa es la verdad.
Ni siquiera en el sueño dejo de expulsar los impulsos.
Me zafo de todo lastre que me quiera fijar.
Pierdo mis raíces, echo a volar.
Siento que si árbol me quedo me vuelvo festín
de la cabra, el saltamontes y el caballo.
La exuberancia se vuelve venenosa
cuando el centro está en el viento.

47/365
Recuerdo a un poeta que perdió el relato de su historia
al describir el mediodía de las playas de levante.
Y digo mediodía porque la tierra era oro como el cielo,
y el cielo azul como el mar, y el espíritu era uno.
Despojado de todo, ni siquiera sudor le caía de la frente.
El resoplido de frescor al emerger del chapuzón era el mismo
que el del  resollar del caminar por piedras para llegar.
En la queja se transmutaba el tropezar en el llegar.
El gozo de recobrar el límite del cuerpo al arrugarse la piel
era el desplome bocabajo en la toalla sobre la arena.
La única moneda era luz, que se replicaba sobre cada cresta
de las olas suaves de la playa larga del mar poco profundo.
Y uno caminaba hacia dentro, pero el mar no le subí a las rodillas
y los peces le acudían a picotearle la piel que se desprendía.
Y quizás allí empezó la desaparición del poeta en esa cala.
Los peces picoteando los pies, el viento horadándole el pecho,
el astro descargando el denuedo de su furioso fogón
¿Quién querría evitar ser festín de los dioses, sustento de lo eterno?
¿No se ofreció aquel poeta para hacer de su obra el universo inmenso?




46/365
Al atardecer
las gaviotas vuelan hacia el poniente.
Las garzas hacia el este.
Con el vino de la Alpujarra
la anécdota es sabiduría.

45/365
Porque ya es verano aquí
mi pensamiento habita mi piel -
bailo para cantar
y la brisa que corre es la verdad.
Leo las palabras de un libro
y en mi voz se convierten.
Las golondrinas entretienen la noche
a la par de las olas del mar.
El presente sofoca de verde todo recuerdo.
La realidad no se acaba de acabar.

44/365 IDENTIDAD
no hay voz de soledad
en la caverna no hay sol
incesante runrun
vida carambola - no hay 'yo'
las diez mil cosas del universo
en esta carcasa
eres el camino, el río
no eres
enseguida volverá tu nombre
el reloj sigue en marcha

43/365 METÁFORA
Y sí, de vez en cuando llega la ola salvaje,
y si olvidas dónde está la orilla
te hundes, recordándote en cada bocanada
que nunca se le da la espalda a la marejada,
tragando sal, rompiéndose el oleaje en tu espalda.
Y cuando desparece la gravedad, solo te queda el sol.

42/365
La casa sin ti.
La gata te espera
en la ventana.

41/365
Águilas, encinas y adelfas salvajes.
La Sierra de Andújar es el escenario
en el que imagino el pasado mítico
de la Península y el Mediterráneo.

Al sur de Vilches, campos de olivos
interminables, peinan el horizonte.
¿Habré bebido ya el aceite de esta tierra?
La simetría del paisaje me seca el pensamiento.

En Almería se secan los acuíferos y ríos
para regar el esfuerzo de crecer el olivo.
¿Alguien me recuerda porqué hacíamos esto?
Por favor, alguien diga arte, amor y tiempo.

40/365
Me esperanza ver
que también en Madrid
sacan las sillas a la puerta
-quién tiene puerta-
por la noche
para entrar en la madrugada
sintiendo el fresco,
-como el que en invierno
medita frente una chimenea-
siendo ellos el fuego.

39/365 MADRID
¿Cómo pueden vivir ciudades tan grandes?
¡Qué organismo descomunal! ¡Qué ganas!
Ladrillos apilados, caras incrustradas,
Motores bullentes, gente tapeando
al pie de una carretera de seis carriles.
Vida encabezonada de brotar y crecer.
¿Cómo recuerdan dónde está el norte?
Hay lugares a los que no se puede llegar
si no se monta algo que tenga motor.
El asfalto es un río de lava soberano
que, tan sonámbulo como le marca
la gravedad, se deja caer inconsciente,
a merced de las trompetas negras,
de los anillos de petroleo, del informe gas.
Regalando día y noche el estruendo
charlatán de la distancia, la escalera
divina hacia la amada, la espada que logra
cada día el pan, la fibra óptica punta
que nos transfusiona de olímpica belleza
el hastío, el odio, el miedo y el deseo.
Saludo la persistencia de tus gentes,
pese a sentir en los confines de la ciudad
las reverberaciones de tu ansia, admiro
el espíritu y la fuerza de tu juventud,
la hospitalidad con que recibes a las personas.

38/365
Qué miedo nos da la noche.
Dejaríamos que el bosque ardiera
con tal de no sentir la mirada
de las estrellas.

Secuestraríamos hasta la última luciérnaga
para olvidar el susurro de las hojas
de los árboles cuando la luna las revuelve.

Qué tristeza que la gente no conozca
la alquimia del alma
que hace del miedo arrojo,
siembra incesante el camino,
respirar las cosechas de otros.


La imagen puede contener: bicicleta


37/365
Unas pocas gotas
se sienten en la claraboya.

Debe estar lloviendo
en las montañas.

Ojalá llegaran aquí los ríos.

Pero aún así me alegra
este agua de Mayo.

36/365
cansado del poema
al final del día
un último empujón
proyectar las entrañas
cansado al final del día
ofrecer las entrañas

35/365
Práctica continua
de la música a los acordes
y de los acordes a la música.
La meditación es lo contrario a la rutina.
Los rostros -incesantemente olvidados
alimentan el corazón.

34/365
Hay días que el camino
solo te da piedras
y cielo azul.
Los recuerdos
no serían sino la esclavitud
de las pirámides.

33/365
Sueño es sábana.
Sueño es raíl de neón.
Sueño es aplauso.
Sueño una nube fértil.
Sin dueño su alquimia.
El aire ya es música.

32/365
Cuando los instintos te gastan,
te gobiernan, te exprimen, te machacan,
surge la idea de liberarse de ellos.
Cuando las ideas son lastre,
piedras en el propio camino
y en el de los demás,
surge la idea de deshacerse de las ideas.
¿Quién trae estas ideas?
¿Quién libera?
¿Qué liberado?
Práctica continua.
Yo mismo soy el terremoto,
el magma que se desata,
el rostro que se quiebra,
la lava que abre y sella.

31/365
Qué divertido
leer metafísica
de Boddhidharma.

31/365
Nothings sacred.
Everything without anything.

30/365
Nos rompemos en las personas que amamos,
les acariciamos con grietas el reflejo del rostro,
al escucharlas nos tallamos a medida
para traerlas en nosotros aceptando, entendiendo
sin dejar de ser nosotros, estatuas con piel de espejo,
inmersos dentro del otro hasta el infinito,
no somos sino nosotros mismos los demás


29/365
Sin resolver el misterio
El sol se pone sin gobernante
La belleza levanta erecciones
Los árboles lucen sus racimos morados



28/365
Pasando el día con la tierra.
Regando, podando, recostado sobre la tierra.

Amar a las personas y no amar la tierra
es como amar un único gesto de una persona,
un único acorde de una canción.

Enfocamos, recortamos, aislamos,
construimos nuestro propio mural.

Cortamos las flores para tenerlas en agua.

Si mi abuelo no hubiera sido pobre...
Si mi abuelo no hubiera sido campesino...
¿No amaría como amo la tierra -
el cielo, el viento, la lluvia, la cigarra - ?

Y por tanto, ¿La gente seguirá amando el asfalto?
¿Porque es su herencia, su bandera?

Ruego un momento de lucidez a ese amor ciego.
Atrévanse a amar la vida con los ojos abiertos.





28/365
Creces. Cada día ocupas más espacio.
Pero el espacio no deja de existir.
Creces. Te superpones al mundo. Ya
eres su nueva ordenación. Su forma.
Y entonces, te pierdes con el mundo.
Eres una, uno, ninguna, ninguno.



27/365
Mi hija nacerá en una playa sucia,
Tierra sin huerto ni bosques,
Entre la batalla de los que visten
El cadáver de las últimas bestias.
El plástico atragantado en sus gargantas,
Como un silbato que canta banderas.

No quedará piel para tambores
Y los disparos se seguirán oyendo
Entre las desérticas montañas
Después de que nos hayamos ido.

El miedo y la muerte saben vestirse
Para una fiesta. Plástico y pólvora
Aderezan las noches sonámbulas.
Siempre han estado con nosotros.
Nos cogen de la mano, nos cantan
Secretos desde que somos pequeños.
Finalmente, vienen a llevársenos.

Vida y muerte. Devorar o ser devorado.
Cada una de mis acciones reverberan
En las seis direcciones crecen a algo.
Mi hija - que tan solo es promesa -
Vive en mi imaginación y mi cálculo,
Incubando su propia libertad,
Ya puede oírme ensayar su nombres.

Ninguna tristeza la hará fuerte
Salvo la que ella siembre en el lienzo
Del que ya dispone, que siempre tuvo.


26/365
Las cervezas, el frescor de la brisa.
Comienza la madrugada revolviéndoseme
el pelo en torbellinos.

25/365
El que aprende una lengua nueva
se libera del yugo de la verdad,
(a veces)
despierta a lo que las lenguas
refieren.
Entiende
arbitrarios los signos.

Y así también fuera de todas
las lenguas, todas las etiquetas,
está la plenitud del cielo sin dios.



24/365


23/365
Buscarse en los huesos el yo -
medirse ese uso, esa costumbre -
medir su realidad -
sentirse el núcleo.

Para entender el tú, el otro,
para entender el universo,
el amor.

Buscar el yo -
como el que busca el Oeste.


22/365
Contaminado por los venenos de los grandes maestros,
busco mi centro - el ojo del huracán.
Quiero sentir mi voz. Disipar los vientos.
Epicentro de la floración. Explosión de los molinillos.

21/365
Desbrozando mi patio,
soy la mano de un dios.

Pronto crecerán las campanas
del San Pedro.


20/365
Vivir ha merecido la pena.
Cada minuto tiene el candor
de una vela perenne.


19/365
A cachos. Resquebrajándome.
Grumoso.
Al mirarme dentro me recuerdo,
animal.
No encuentro nada placentero hoy
meditando.
Desmenbrándome en todas direcciones,
aprendo.
Aprendo que hay algo desgarrándose.
Vida.
Veo la vida, me conmuevo - incluso por la mía.
Despierto

18/365
¿Quién eres? ¡Responde!
La noche tiene todo el silencio.
Qué ofrecerte.
Para ti la noche.
Enciende la presencia.



17/365
Días sin centro ni comienzo.
Estoy inconcluso. Soy interminable.
Moriré y seguiré mutando.


16/365
Para transformar el cauce en río
no dependemos tan sólo de la lluvia.

Y aún con la lluvia, el río será riada
si no le damos su justo cauce.

Así la vida y el cuerpo.
Cuidar de su cauce.

Dar la bienvenida a la tormenta
como al llanto de un niño.

Cuidar no es gobernar.
Gobernar no es ordenar.

Cuidar el cauce para la tormenta
es beber el poder de sus rayos.


15/365
El sueño ha hurtado las palabras
que pertenecen al paisaje.

La tierra las cría, las nutre excelsas,
las esparce como frutas
que ruedan desde las ramas.
El sueño ha hurtado su rastro,
colocando las hermosas estrellas
en el cesto.

El sueño que no es dueño,
deseo que viste su manto,
ansia esclavizante.

Qué lindos sus teatros,
cómo llenan la noche sus melodías,
cómo se contonean sus ritmos,
qué firmes se erigen sus perfiles.

Seductor, alma libre,
botella que brota incesante.
Blanco, puro azúcar refinado.

No hay moral que te contenga,
valor que te acuñe.
Eres una hoguera de media noche
que parece encender el amanecer.

El sol te riega filtrándose
por tus esponjosos párpados.

Deseo, carnaval del sueño,
melodía de cometas, tormentas y volcanes.
Agua vaporosa.
Tránsito.





14/365
En la montaña de pura roca
sobre la ciudad
no tienen donde hincar
el pilar de una casa.

Los árboles si encontraban
rendijas en las que fundarse.

La atmósfera estaba limpia
y en la lejanía había otras montañas.

No había sed de significado.
Era lo que era.



13/365
Agotado
de la noche en vela,
nada cesa de moverse
en este cuerpo, una rueda
de luz asciende por mi espinazo,
desciende de mi frente.

Amanece nublado.
Chispea.


12/365
Cuando una tarea te absorbe,
cuando tu propia mente te traga y te juega
como peón de la obsesión,
te licua, te bebe,
a la velocidad de la sed,
te digiere,
haz como Jonás - medita
tu viaje intestinal,
medita dentro de la mente
qué es la mente.
Piensa tu mente con tu cuerpo,
siente tus tripas pensando la mente,
el ansia de saciar sea la ola que te empuja
fuera de tu mente - aunque sea cubierto de mierda,
vuelve a la inmensidad del océano,
a la caricia de sus costas.




11/365

La felicidad me habita los huesos
a la vez que el mundo se muere.
Del corazón me brotan rayos de tormenta
pero sus lluvias no consiguen alimentar los campos.
La esperanza es tan solo una bandera
pero la lucha es real como el amor y la sangre.
Los cielos contemplan impávidos el lamento del lobo
y es el pastor el único que puede curarlo.
Aunque seamos el fogonazo de Babel, a media noche,
cruzando el océano, poseemos el universo en nuestra barca.
La báscula, el comercio, es el arte de la danza.


10/365

Buscando quién soy yo
sin herramienta ninguna
salvo la pregunta.

Cuerpo, intelecto, instinto,
palabra, vecinos, pájaros,
esposa y gata,
se agolpan a responder.

Desarmado de jerarquías,
se deshoja la respuesta.
La vida pura, suprema e informe.

Cristalino atravieso el espejo,
fuera de las metáforas.
Destruido y eterno.



9/365
De súbito me golpea la locura
de esta tarea.
Los ríos soterrados del pensamiento
hacerlos explícitos.
Para relevar la naturaleza de mi práctica
escribo después de meditar.
Después de soltar el rumbo del divagar
a su necesidad.
Hay un número de veces que puedo visitar
la novedad.
Vuelven a repetirse las mismas calles, avenidas,
callejones sin salida.
El pensamiento es siempre el mismo asfalto,
pero no me siento atrapado.
El instinto y el recuerdo tienen su símil
en esta geografía.
Los límites están plagados de vegetación
por los que salir.
Campo a través o sentado cómodamente siento
trabajar la búsqueda.
Saludar a mi mente todos los días
y a mi cuerpo.
El respeto, la comunicación, la amistad
guían estos paseos.
Ojalá pudiera hoy abriros una ventana
a los jardines.


8/365
Al sentarte en el centro
eres el eje del cosmos.

Mis cosas humanas
son mis cosas humanas.

Sentarte y mirar la vida
para poder ser libre, ser la vida.

Ser el universo entero
y la vida a la que le pica la ropa.



7/365
Múltiple y uno,
como una jauría de perros
un día de viento.


6/365

Ya sentía desde la oscuridad
de mi silencio - la tinta.

Esperando que el tiempo pasara
yo era el vehículo.

Sentía, sentado, las teclas
cruzar los océanos.

Era semilla, era paso;
mi mirada, puente.

Era, soy, el tiempo cargado.

Soy el fluir insustancial,
pero, a la vez, soy peso.

Ya somos, a la vez, las dos orillas,
el mar y las estrellas en sus olas.

Crezco con el universo.



5/365
Cada día desaparezco
plegando años de rostros
bajo una película nueva.

Pareciera desenrollarse mientras muevo la ilusión
de un coche en marcha.
Pareciera un infinito pañuelo de solapa desde el que asalta
el laberinto interior.
Pareciera el hilo de las Parcas, al que espera
un corte caprichoso.

Cada día ofrezco
mis átomos, encauzan nuevos amores.
Las rutas dibujan rutas para las alturas
de estrellas o tiempo.

No puedo darte los detalles: la filosofía es etérea
como blanca esta página
e incógnito tu rostro.


4/365
No he aprendido nada.
Mi cabeza es ruido y velocidad.
Un valle verde en mi ombligo.



3/365
MI ZAFU MI NAVÍO

Al sentar, en la sombra
arrastro sirenas.

Me sacuden a palabras,
la belleza más sagrada
de la tormenta bebe.

Tormenta sin hilar,
que al telar de la palabra acude.

Las sirenas más bellas
cruzo en mi respirar.



2/365
NIEBLA

Ofrecer del tiempo -abstracto, oscuro
 en esta mi oscuridad - ola continua
-mis palabras inconclusas
como chinarros inconclusos - prestados
los significados de la memoria
-hundo los dedos
-camino un rato la espuma -
el horizonte que reciente tímido
surge blanco enlazando los azules
apagados, esparcidos,
hermandados en el ojo.
 Las palabras - caminan solas
  buscan sus ecos - sus propios pasos
   -hijos que se quieren libres.
El aire sus raíces
 hunde en mi vientre.
Crece tantas y tantas veces vuela,
 vuelve - palabras, aliento.


1/365

comenzar
es esto tan incierto
sobre el paisaje
de toda memoria

la memoria no empieza
y el lenguaje es una vajilla
que nos regalaron con la casa

este que germina el año y el día
este sin nombre
sobre la planicie esférica del tiempo

está decidido, está preparado
para las sembrar
las infinitas primaveras

domingo, 11 de diciembre de 2016

Práctica de montaña

deja que el paisaje hable
en ti
que los pájaros escuchen
en ti

surcos de ríos crezcan

que
logre todo el esplendor